Érase una vez unos errores ortográficos, la mala educación y la pérdida de un cliente

Reconozco que tengo la mala costumbre de corregir a la gente cuando comete faltas de ortografía o, cuando al hablar, confunde términos de fonética parecida pero de distinto significado. Y digo que es una mala costumbre porque siempre que lo hago, desde el respeto, por supuesto, y con la intención de ayudar a que se […]