La odisea del libro: la transición digital

Hace un par de semanas la Tertulia Artístico Literaria El Cresol, la asociación cultural de la que formo parte, organizó en mi pueblo la presentación del libro La odisea del libro: la transición digital, una guía, tal y como indica el subtítulo de la obra, “para escritores, editores, libreros y bibliotecarios”, pero también para cualquier persona curiosa y con inquietudes en torno al sector editorial, como es mi caso. Soy una lectora ocasional de la revista Trama & Texturas , así como del blog de la periodista argentina Mariana Eguaras, especializado también en el ámbito de la edición, la autopublicación y la gestión de contenidos; sin embargo, nunca antes había leído un libro dedicado a todas estas cuestiones. Y aunque su título me hizo creer que me iba a encontrar con una defensa a ultranza del libro electrónico y las nuevas formas de lectura, lo cierto es que en La odisea del libro: la transición digital su autorAntonio Pérez-Adsuar Belsodefiende tanto las cualidades del libro en papel como el potencial del e-book, además de recopilar otras reflexiones en torno al futuro del sector editorial que, a lo largo de estos últimos años, ha ido publicando en su blog, Ecos de Sumer, sobre todo, a raíz de la puesta en marcha de Libroensayo.com, una publicación digital orientada a descubrir libros de no ficción.

El libro parte de la premisa de que Internet ha liberalizado el acceso a la información y ha permitido la difusión de todo tipo de opiniones e ideas; sin embargo, esta avalancha de contenidos (content shock) impide a los lectores reconocer informaciones de calidad y que les aporten un valor real. Además, el lector de hoy nada tiene que ver con el de generaciones anteriores; este neolector, cuya capacidad de atención es menor, dispone de menos tiempo para leer, es poco fiel y presenta unas necesidades diferentes. También los espacios de prescripción han cambiado: ahora las opiniones en blogs, redes sociales y webs especializadas son las que disfrutan de una mayor credibilidad.

Frente a estas mutaciones estructurales tan profundas, Antonio Pérez-Adsuar defiende la necesidad de reinvención del sector editorial, una reinvención en la que todos los agentes del sector tienen un papel fundamental. A cada una de estas figuras – autores, editores, libreros y bibliotecarios – dedica el autor un capítulo (al final del libro incluye una serie de fichas prácticas para todos ellos) en el que les da consejos sobre cómo enfrentarse a este cambio de paradigma aprovechando también en algunos casos las virtudes de Internet. Por ejemplo, según Pérez-Adsuar, los autores deben esforzarse por crear y consolidar a través de las redes sociales una comunidad de lectores porque pueden ser ellos precisamente los que les ayuden a publicar sus libros. Hoy en día los escritores ya no viven a merced de las editoriales para publicar sus obras; ahora pueden recurrir a las campañas de financiación (crowdfunding) para lograrlo. La escritora Ángeles Caso optó por esta nueva fórmula para sacar a la venta su libro Ellas mismas, autorretratos de pintoras. Otros ejemplos de autores con grandes y fieles comunidades de lectores los encontramos en Espido Freire o Màxim Huerta; el escritor valenciano ha viajado recientemente a París, escenario de muchos de sus libros, con una de sus lectoras después de que esta ganara un concurso propuesto por Espasa. Según Pérez-Adsuar, las editoriales deben concienciarse de que en apenas unos años los mayores beneficios del sector editorial no provendrán directamente de la venta de libros sino del éxito de este tipo de experiencias. Además, también será tarea de los editores publicar libros más cortos y ágiles, acordes al poco tiempo que los ciudadanos dicen poder dedicar a la lectura, así como libros bonitos, ediciones cuidadas que ofrezcan al lector un valor añadido y por los que no le importe pagar un precio más elevado.

En el caso de las librerías, estas deben apostar por la especialización temática, así como potenciar el contacto personal, la comunicación cara a cara y organizar todo tipo de eventos: talleres, exposiciones, presentaciones de libros… También es importante que estén presentes en las redes sociales y que, a través de ellas, consigan que los lectores quieran visitar sus instalaciones y participar en las actividades que proponen.

En cuanto a las bibliotecas, Pérez-Adsuar advierte que si quieren seguir teniendo sentido, han de avanzar al ritmo de una sociedad cambiante. El bibliotecario debe pasar a ser más un formador y un animador cultural que un clasificador y custodio de documentos.

Las ideas que se recogen en La odisea del libro: la transición digital pueden resultar aún a día de hoy ciertamente arriesgadas, por ello deben ir acompañadas de un cambio de mentalidad de escritores, editores, libreros e incluso, bibliotecarios. Todos ellos encontrarán en este libro la luz que guíe este profundo proceso de transformación de la industria editorial.   

2 Replies to “La odisea del libro: la transición digital”

  1. ¡Hola Laura! Muchas gracias por la reseña, creo que recoge fielmente aquello que el libro propone…efectivamente la oferta de servicios y de experiencias va a ser cada vez más importantes en un mundo plagado de contenidos.

    No se trata, como bien dices, de oponer el libro digital al libro de papel sino de seguir agregando valor en un contexto muy diferente, ampliamente marcado por la aparición de la red. Un saludo y viva la lectura, en el formato que sea!

    1. Me alegro de que te haya gustado, Antonio. Es un libro muy interesante y con un enfoque diferente sobre el futuro del sector editorial, enhorabuena.
      Un saludo y, por supuesto, ¡viva la lectura! 🙂

Deja un comentario